AZUL DE METILENO Y LOS HOSPITALES

Uno de los principales problemas que surgen tras la epidemia de Covid, es el exceso de pacientes en urgencias y la consiguiente saturación de camas disponibles en cuidados intensivos en las salas hospitalarias.

El diagnóstico y tratamiento de todas las demás enfermedades se han retrasado e inevitablemente mostrarán un aumento de la mortalidad.

Hasta la fecha, no existe una terapia probada para Covid-19, excepto una leve eficacia de la cortisona.  (Mayo Clinic: Treatment Considerations for COVID-19. A Critical Review of the Evidence – or Lack Thereof).

Todos los fármacos en estudio (antivirales, anticitocinas, plasma hiperinmune, etc.) se prueban en pacientes hospitalizados, mientras que la disponibilidad terapéutica para la atención primaria de salud es inexistente.

Actualmente, la enfermedad tiene rienda suelta y decide sin molestias a quién y cuántos enviar al hospital.

Dado que el azul de metileno también se puede suministrar por vía intravenosa a pacientes hospitalizados, tener un medicamento práctico y de bajo costo que se pueda administrar por vía oral a los pacientes domiciliarios constituye una ventaja significativa.

Además, no tiene efectos secundarios y tiene bases muy fuertes para funcionar, especialmente en las etapas iniciales de la enfermedad.

No hay pruebas de experimentación a gran escala, pero no hay ninguna otra alternativa.